viernes, 30 de noviembre de 2012

¿Que inventen ellos? Luces en la oscuridad de la ciencia española

[Blas Cabrera con Einstein en España (1923).


La ciencia en España ha tenido momentos de esplendor y decadencia (mientras que el siglo XVII es el siglo de la Revolución Científica en Europa, esta centuria supone la decadencia de nuestra ciencia y el comienzo de una larga y oscura noche en la que quedamos al margen de los grandes acontecimientos y las nuevas ideas). Pero en la negrura de la noche también hay luces de indiscutible significación. Algunas figuras de relieve, con Ramón y Cajal a la cabeza, brillan en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, con una Edad de Plata en nuestra cultura, incluida la ciencia (Rey Pastor, Blas Cabrera, Enrique Moles...), que, como tantas otras esperanzas, se ve truncada por la Guerra Civil.

Os dejo este interesante documental de TVE:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/paisajes-de-la-historia/paisajes-historia-inventen-ellos/629574/

sábado, 24 de noviembre de 2012

Van Helmont, Boyle y Lemery, pioneros de la ciencia química


[NICOLAS LEMERY. Fuente de la imagen: Wikipedia]




           " Entre estos pioneros de la incipiente ciencia química destacan muy por encima del resto Jean B. van Helmont (1579 – 1644), seguidor de Paracelso como es característico de la época y riguroso experimentador, y Robert Boyle (1626 – 1691), autor del célebre e imprescindible libro, punto de inflexión en la trayectoria del saber y el proceder químico, The Sceptical Chymist (1661). Van Helmont usó de forma sistemática la balanza para su trabajo experimental (¡pesaba las sustancias reaccionantes y los productos de las transformaciones químicas!), estudió los gases (la palabra gas, nombre que él propuso, significa “caos”) y trató de introducir, siempre con lo que llamaríamos espíritu científico, sus ideas iatroquímicas en la Medicina. Las obras completas del médico y químico de Bruselas, Ortus medicinae vel opera et opuscula omnia, fueron publicadas con este título por su hijo. Por su parte, Robert Boyle, hijo del conde de Cork, a quien podríamos llamar “el Galileo de la Química” (“el Newton químico”, si se me permite la expresión, sería, sin duda, Lavoisier), es el máximo exponente de la Química, como disciplina científica, en el siglo XVII y sus aportaciones experimentales y teóricas (defensor de las interpretaciones mecanicistas y corpusculares de la materia) son de indiscutible valor. En “El químico escéptico” Boyle exige demostraciones y una rigurosa metodología de trabajo, planteando los experimentos de laboratorio con un meticuloso control de las variables que intervienen. Es decir, una metodología genuinamente científica. La idea de los cuatro elementos aristotélicos, las explicaciones de los fenómenos físicos mediante “fuerzas ocultas y misteriosas” y los principios de Paracelso son atacados por Boyle. Es pues un escepticismo altamente productivo. Se ha dicho con gran acierto que a pesar de la importancia de algunos de los descubrimientos científicos de Boyle (por ejemplo, sus experiencias con los gases) su metodología es de superior relieve. Concluimos esta breve referencia al ilustre químico irlandés citando otros escritos suyos interesantes, siempre redactados con un lenguaje claro y sencillo (en contraste con la misteriosa forma de expresión de los alquimistas): Tentamina quaedam physiologica (1661) y Experimenta et considerationes de coloribus (1663), además de diversos trabajos publicados en  las Philosophical transactions".

"Lemery fue un verdadero químico (E. Portela, 1999), impartiendo clases y conferencias con demostraciones experimentales. En palabras de Portela “su obra reúne las ventajas de la erudición y de la comprobación personal por el autor de todos los procesos descritos, lo que le confirió gran credibilidad; queda de manifiesto un gran salto adelante en la calidad y variedad de los productos químicos preparados con fines terapéuticos”. El Cours de Chymie (1675) tuvo un enorme éxito popular, siendo considerado durante mucho tiempo como el mejor tratado de Química. Se publicaron numerosas ediciones en francés, varias en inglés y fue traducido también al latín, alemán, italiano y, como se ha dicho, al español por Félix Palacios. Además de su ameno carácter divulgativo, la obra de Lemery tiene extraordinario interés teórico y experimental, con aportaciones verdaderamente originales. Sus ideas teóricas están muy próximas a las de Boyle, siendo también defensor de la concepción corpuscularista de la materia. Así, este librepensador de la química, independiente y lúcido, sostiene una curiosa teoría en la cual relaciona las propiedades de las sustancias con las supuestas formas de sus partículas. En esta concepción atomista primitiva, por ejemplo, las partículas de los ácidos tienen puntas agudas, capaces de agujerear los metales, explicándose de esta manera la disolución de un metal por un ácido. El aumento de peso de un metal por la calcinación lo explica diciendo que las partículas ígneas se introducen en sus poros".


Nota: Esta entrada corresponde a dos fragmentos de mi artículo  La Química a la palestra. Una aproximación a los orígenes de la ciencia química en España, publicado en El rincón de la Ciencia (junio de 2007).

viernes, 16 de noviembre de 2012

Ideas precursoras del falsacionismo en Ramiro Ledesma



 Algunos años atrás quedé francamente sorprendido cuando leí algunos artículos filosóficos de un joven discípulo de Ortega y Gasset, Ramiro Ledesma Ramos (1905 - 1936), primero escritor y filósofo, con una sólida formación matemática, y luego volcado a la actividad política en aquellos agitados años 30 del pasado siglo, de trágicos y bien conocidos acontecimientos. Él mismo perdió la vida, sacado de la cárcel y asesinado, en el sangriento año de 1936. Nuestro país perdió, sin duda, a una mente privilegiada ("no han matado a un hombre, han matado a un entendimiento" dijo su maestro, Ortega).


[Ramiro Ledesma, joven intelectual español de los años
 20 -30 del siglo XX. Fuente de la imagen:


Escribió el joven filósofo zamorano un puñado de buenos artículos sobre filosofía y ciencia, colaborando en La Gaceta Literaria y en Revista de Occidente, entre otras prestigiosas publicaciones de la época. Entre ellos destaca La Filosofía, disciplina imperial, de 1931, donde Ramiro Ledesma (en estas notas para una fenomenología del conocimiento filosófico) nos explica en  qué consiste el proceso de creación científica: “Tal cosa, o teoría, que hoy se admite por los sabios, demuestro que es imposible, que es falsa. Mi contribución positiva a la marcha de la ciencia es esa demostración negativa de imposibilidad. Ahora bien: si una teoría  es debelada  por mí, vengo obligado a construir otra, a afirmar otra que suplante a aquélla. El único asidero de legitimidad para mi construcción es realmente que triunfa de mis críticas a la teoría antigua”. Esto, según Ledesma, conduce a una paradoja  inherente a la propia ciencia: “La  mayor prueba de que  una teoría científica es verdadera -legítima-  consistirá precisamente en que pueda ser refutada algún día. Su parte afirmativa adquiere tan sólo entonces sabor científico genuino”. Sin embargo, el joven pensador zamorano nos aclara oportunamente: “Esto en cuanto a lo que la ciencia tiene de teórico, que es de donde proceden sus habituales confusiones con la filosofía. Pues su estricto matiz experimental, atenido a esto que ahora observo, aunque le confieran mis métodos validez universal y firmeza absoluta, no despierta peligro alguno de esa  índole”. ¿No es esto acaso falsacionismo en estado puro?


Vemos pues aquí cómo Ramiro Ledesma esboza una tesis falsacionista concordante con la de Karl Popper, quien estableció la refutabilidad o contrastabilidad como criterio de demarcación entre ciencia y pseudociencia y, con posterioridad, entre aquélla y la metafísica. Esta idea fundamental del vínculo entre la legitimidad (o autenticidad) de una teoría científica y la posibilidad de su refutación ya es advertida por Ledesma en 1929 (El causalismo de Meyerson). Recordemos que no es hasta 1934 cuando Popper expone claramente  su tesis de la refutación en  Logik der Forschung (Lógica de la investigación científica). En esto, como en tantas otras cosas, Ramiro Ledesma fue un precursor.

[Primera edición de Logik der Forschung, de POPPER.
Procedencia de la imagen aquí]

Relación de artículos de Ramiro Ledesma con interés científico (sobre matemáticas, física, filosofía de la ciencia, teoría del conocimiento y otros):

[Nota: Se emplean las abreviaturas LGL para La Gaceta Literaria y RO para Revista de Occidente]


1928:

(1)        El matemático Rey Pastor (LGL, nº 30, 15 de marzo).
(2)        Descartes y el idealismo subjetivista moderno (LGL, nº 38, 15 de julio).
(3)        Recensión  del libro Espacio, hiperespacio y tiempo, de Francisco Vera (LGL, nº 40,        
            15 de agosto).
(4)        Hans Driesch y las teorías de Einstein* (LGL, nº 44, 15 de octubre).
(5)        El profesor Carrasco y la filosofía  de la Mecánica (LGL, nº 46, 15 de noviembre).
(6)        El matemático indio, S. Ramanujan (LGL, nº 46, 15 de noviembre).
(7)        Rey Pastor y el sabio italiano Enriques (LGL, nº 46, 15 de noviembre).
(8)        Las lecciones de Cabrera sobre el átomo (LGL, nº 47, 1 de diciembre).

1929:

(9)        La Gestalttheorie (LGL, nº 50, 15 de enero).
(10)        Sobre la matemática transfinita (LGL, nº 50, 15 de enero).
(11)        El profesor Butty (LGL, nº 52, 15 de febrero).
(12)        André Metz y la Geometría Euclidiana (LGL, nº 54, 15 de marzo).
(13)        De la nueva psicología (LGL, nº 54, 15 de marzo).
(14)        Hertwig y el postdarwinismo (LGL, nº 55, 1 de abril).
(15)        La actualidad de Cournot (LGL, nº56, 15 de abril).
(16)        Bertrand Russell: Análisis de la materia* (RO, nº 71, mayo).
(17)        Lógica y matemática (LGL, nº 61, 1 de julio).
(18)        El causalismo  de Meyerson* (RO, nº75, septiembre).
(19)        Francisco Vera: Evolución del concepto de número (LGL, nº 72, 15 de diciembre).
(20)        La fenomenología en España (LGL, nº 72, 15 de diciembre).
(21)        En la Academia de las Ciencias (LGL, nº 72, 15 de diciembre).

1930:

(22)        Las sensaciones táctiles* (RO, nº 84, junio).
(23)        Esquemas de Nicolai Hartmann* (RO, nº 89, noviembre); sobre gnoseología.
(24)        Sobre la filosofía del Renacimiento* (RO, nº 90, diciembre).

1931:

(25)        La filosofía, disciplina imperial (Notas para una fenomenología  del conocimiento               
           filosófico)* (El Sol, 22  de septiembre).  

(Nota: Los artículos señalados con un asterisco forman parte del libro La filosofía, disciplina imperial, Tecnos, Madrid, 1982; este libro es reedición de Escritos filosóficos, título que se le dio en 1941, donde se recogen una serie de artículos de Ramiro Ledesma, seleccionados por él mismo. Las dos ediciones incluyen el estudio preliminar de Montero Díaz : La evolución intelectual de Ramiro Ledesma)

jueves, 8 de noviembre de 2012

Un cambio climático antropogénico

El calentamiento global que está en marcha es de origen antropogénico, son los gases de efecto invernadero arrojados a la atmósfera como resultado de la quema de combustibles fósiles (producción de electricidad y transportes) los que nos conducen a un cambio climático sin precedentes, precisamente por ser los humanos con nuestras actividades los responsables. Así, el dióxido de carbono, nuestro aliado climático natural, puede convertirse en un peligroso enemigo (me recuerda esto a aquel adagio de Paracelso que dice que la dosis hace el veneno) al aumentar excesivamente su concentración en la atmósfera terrestre.

De todo ello nos habla Jesús Rosino Martín, así como de los impactos de este cambio climático y de las posibles medidas de mitigación y adaptación, en esta excelente y extensa charla con una presentación de diapositivas muy completa. El asunto es serio y agradecemos sobremanera los trabajos divulgativos rigurosos como este:





Asimismo traigo aquí este interesante documental de National Geographic centrado en el cambio climático en España en el que participan, entre otras autoridades científicas, el oceanógrafo Carlos Duarte y el biólogo Miguel Delibes de Castro:





Y una web impresindible: